Medellín y Alvarado, manzanas de la discordia
EN LA MIRA
SILVERIO QUEVEDO ELOX
Alvarado ha sido considerado la franja de oro, no solo de Veracruz, sino del mismo Golfo de México.
En su momento, conocedores del sector inmobiliario revelaron que el metro cuadrado en estos exclusivos fraccionamientos, está por encima o al menos al nivel de la cotización de predios exclusivos de Miami.
El metro cuadrado se ha llegado a cotizar hasta en seis y siete mil pesos es decir un terreno de 400 metros, mínimo para construir una residencia de las que gustan las familias con solvencia económica, tiene un costo entre dos millones y medio y tres millones de pesos.
Hay lotes incluso de hasta mil metros cuadrados o más.Los desarrolladores de vivienda en la llamada Riviera Veracruzana han elevado la plusvalía, no solo con el ordenado crecimiento urbano y el nivel de los fraccionamientos, sino por la seguridad en la zona, y la cercanía con el municipio de Boca del Río y Veracruz.
Esa plusvalía es mayor para un inversionista que canaliza sus recursos en aquella ciudad de Florida por ejemplo. Lo mismo ocurre con Medellín, con una diferencia, que aún cuando se trata de otro nivel socio-económico y el mercado inmobiliario está dirigido para un estrato social menor al de Alvarado, la demanda de casas de interés social y para clase de nivel medio, lo hace también atractivo por el número de viviendas que son ofertadas y demandadas.
Ambos municipios son la manzana de la discordia política, pero no por lo que representan en ese ámbito o la proyección que le puede dar a un gobernante, sino por los intereses económicos que esto significa en cada uno de esos lugares.
Un analista, preguntaba en una mesa de debate, ¿qué acaso les conviene tanto ser alcalde de esos lugares con ínfimo presupuesto? La respuesta es que no se trata del modesto sueldo que puede obtener un presidente municipal sino en lo que representa las negociaciones con los empresarios que buscan expandir sus negocios en ambas demarcaciones.
La clave en Medellín y Alvarado se sitúa en la cercanía que tienen con la conurbación más poblada del estado, como es Veracruz y Boca del Río, sus plazas comerciales, los atractivos en los casi 15 kilómetros de playas, las fuentes de trabajo, el movimiento empresarial, el puerto por supuesto, pero algo más importante, es que ninguna de estas dos ciudades prácticamente tienen oportunidad de crecimiento urbano.
Están ahorcadas. Ante ello, las dos opciones de crecimiento y oportunidad de negocios son los municipios vecinos que cuentan con amplio territorio para la expansión, además de mejores oportunidades y optimización en trámites catastrales y urbanos.
Es por lo que se avecinan luchas importantes por el poder municipal en ambos territorios aún cuando manejen un presupuesto bajo. En el caso de Medellín se cuantifican alrededor de cinco o seis tiradores a la silla municipal.En Alvarado la competencia se centrará entre el actual munícipe, Bogar Ruiz y el de su antecesor, Octavio Ruiz Barroso que pretenden regresar a la contienda.
MUY EN CORTO
NUEVA OPCIÓN EN MEDELLÍN. En el municipio en mención hay varios acelerados, pero son pocos los que saben cómo tejer y cómo hacerlo fino.
Ha aparecido con todo en la escena política, Luis Mellado como uno de los que saben irse moviendo en el avispero y resaltar sin tanto ruido. Mellado es oriundo de Medellín y prácticamente ha recorrido todo el municipio. Se la sabe de todas todas y muy difícilmente se dejaría sorprender por “gurús” que dicen saberlo todo en materia electoral. Quizá poco ha sonado, porque parece que le apuesta a su trabajo en tierra, a la penetración entre la simpatía popular, en las bases, y no con grandes y costosas campañas, además de adelantadas.La diferencia de otros anticipados es más que clara. Pues incluso, los desbocados, sin partido político que los arrope, andan despilfarrando el dinero como si nada. En tiempos de emergencia sanitaria y económica en los que esto no es bien
