San Lázaro o House of cards.
La aclamada serie de Netflix, House of cards, muestra a través de una realista ficción los entresijos de la negociación política en el Capitolio de los Estados Unidos. El personaje protagonista, Frank Underwood (Kevin Spacey) es un pragmático y eficiente operador legislativo que suma y resta congresistas, aliados y adversarios, a base de promesas, trueques y amenazas.
Ante la nueva realidad política del Congreso, Morena está obligado a negociar con fracciones de las bancadas opositoras. El PT, adosado al partido oficial, suma automáticamente sus 38 curules a las 199 de los guindas. Para alcanzar 251 posiciones necesitan que el PVEM venda-ofrezca-de los votos de por lo menos 14 de sus 42 diputadas y diputados.
Aparentemente el ecologista está comprometido con Morena. El triunfo en San Luis Potosí habría pagado por adelantado su lealtad. Pero, como al partido del tucán no la caracteriza ninguna virtud; el senador Manuel Velasco anticipó desde la tarde del domingo 6 de junio que podrían replantear su alianza con Morena, la duda cabe holgadamente.
Por eso el Presidente López Obrador se cubrió afirmando que, para tener mayoría simple, necesaria para aprobar el presupuesto, sólo necesitan a una parte del Verde. Sabe el mandatario que la única manera de tener certeza con esa franquicia política es la rentabilidad que se les ofrezca o la impunidad que les garanticen.
Ahora bien, para reformar la Constitución el Presidente y su partido requieren 334 votos. Hasta hoy con la suma de sus aliados rozaba la cifra. En ocasiones debieron conseguir un par o media docena de apoyos extras. Ahora tras su “victoria” electoral, Morena debe asegurar el voto de su bancada sin falla, toda la del PT. Íntegra -vaya ironía- la del PVEM y 55 de los 70 legisladores del PRI. O del PAN, MC o PRD.
Medio centenar de asientos menos en la Cámara de Diputados es el saldo para el oficialismo. Diez gubernaturas más y el control en 18 congresos locales necesarios para aprobar reformas constitucionales.
¿Cómo va a operar Morena en San Lázaro y en el senado? Como Frank Underwood en la serie de television House of cards. Ayer el Presidente lo dijo, “vamos a tener que negociar”. ¿Y como se “negocia” en la política? Dialogando, conciliando intereses puntuales. Intercambiando.
Ese es el rostro de la real politik la que no atiende épicas. Quid pro quo, me das, te doy. Así operan y ahora, con su nueva mayoría, menor a la que tenían, Morena, gobierno y aliados van a conseguir votos ajenos a su proyecto y a sus grupos de poder a base de pedir y ceder o de saber y amenazar.
PRI-MOR, PRI-AN, Va por México, Juntos haremos histora, coaliciones electorales y legislativas que han hecho y hacen política como siempre. Como en la tele. La operación, la negociación no se muestra en el Canal del Congreso, no en las sesiones de diputados, senadores o comisiones. Ahí solo enseñan lo que venden, no como lo fabrican.
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