Maternidad subrogada, un tema que requiere ser visibilizado en México
Xalapa, Ver.- La maternidad subrogada, conocida también como gestación por sustitución o vientre de alquiler, se ha convertido en una práctica socorrida por muchas parejas que por alguna causa se ven imposibilitadas para procrear un hijo y ven en ella una última oportunidad para realizar su anhelo, contribuyendo así al crecimiento de una industria que para algunas clínicas resulta lucrativa.
No obstante su rápido crecimiento, México carece de una regulación que norme esta práctica, convirtiendo al país en un paraíso para muchas parejas, principalmente del extranjero, que acceden a pagar los diferentes costos económicos que les representa ser padres.
Desde su comienzo como práctica comercial (en la década de los setenta), el alquiler de vientres ha sido motivo de fuertes controversias de tipo ético, legal y social, generando distintas opiniones en torno al tema.
80 mil procedimientos anuales sin regulación
Montserrat Ortega Ruiz, alumna de posgrado del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Veracruzana (UV) y quien cuenta con un trabajo de investigación al respecto, señaló que de acuerdo al Consejo Nacional de Población (Conapo), el 17% de las mujeres en edad reproductiva padece infertilidad, en tanto 1.4 millones de mexicanos y mexicanas requieren de técnicas de reproducción asistida, por lo que anualmente se practican alrededor de 80 mil procedimientos sin un marco normativo que los regule.
Lo anterior da pauta para que se desconozca cuántos de estos procedimientos corresponden a maternidad subrogada, puesto que no existen registros oficiales.
La universitaria precisó que las técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) no se limitan a la infertilidad, obedecen también a nuevas formas de estructura social, conceptos de familia, respeto de los derechos humanos, al libre desarrollo de la personalidad, derecho de procreación, a formar una familia y a la no discriminación.
Se ha observado que parejas homosexuales conformadas por hombres cisgénero son las que más recurren a la maternidad subrogada, mientras que alrededor del 11% de la comunidad LGBTTTIQ+ optaría por este método para convertirse en padres.
Ortega Ruiz indicó que la maternidad subrogada implica ruptura biológica materna en la filiación, bajo el paradigma mater semper certa est (expresión latina que puede traducirse como: “La madre es siempre conocida”), toda vez que el nacimiento del hijo no dará lugar a parentesco por consanguinidad.
Encontró también que la legislación actual viola el derecho a la identidad, que no se garantiza al suscribirse el contrato para el alquiler de vientre; al crecer, el o la bebé querrá saber quiénes son sus padres, pero está estipulado el anonimato que obligará al interesado a judicializar para conocer su identidad. “Entonces el reto es: prohibimos o regulamos”, sentenció.
Tabasco y Sinaloa lo tienen regulado
Laura Lilia Serrano Mata, psicoterapeuta en salud primal y doctora en Derecho por el mismo IIJ, dijo que la maternidad subrogada involucra aspectos de salud, política y sociedad; no obstante, consideró que no se le ha puesto la atención necesaria que conlleve a tomar decisiones más determinantes y de apoyo a la población en general.
Refirió que sólo dos estados han regulado de manera específica este procedimiento, siendo éstos Tabasco y Sinaloa; en el Congreso Federal se han presentado poco más de ocho propuestas, pero no han prosperado posiblemente por falta de información al respecto; en San Luis Potosí se intentó regularlo pero fue rechazado por la sociedad.
La también doula de parto (acompañante especializada y certificada para atender a la mujer antes, durante y después del nacimiento) destacó que la biología femenina las prepara para lo que va a suceder, ya que cuando el bebé está en gestación ocurren cambios emocionales y físicos, el cerebro se hace un poco más pequeño para que las conexiones neuronales sean prácticas y rápidas, y desde el nacimiento la madre está pendiente de la sobrevivencia del recién nacido; se registra un cambio bioquímico y físico al interior de su organismo.
Durante la gestación, la mujer percibe movimientos y su cuerpo comienza a modificarse, empieza a recibir el trato que se da a todas las madres, pero cuando entrega el producto o lo subroga, se manifiesta en ella una sensación de pérdida.
“La mujer que ha tomado la decisión de embarazo o subrogación requiere de cuidados, lamentablemente esto no se está llevando a cabo, por lo que se tiene que trabajar en la parte psicológica, acompañamiento constante durante el embarazo, parto y posparto”, aconsejó la profesionista.
Falta de difusión provoca desconocimiento
Para Marcela Alejandra Aguilar Vergara, estudiante del Doctorado en Derecho de la UV, “la gestación por sustitución es una técnica noble que está estigmatizada”, considera que esto es debido a la falta de información de pros y contras del procedimiento, que hace que la sociedad tenga desconocimiento sobre ello.
Resultados de una investigación que realizó, titulada “La gestación por sustitución y el derecho a la libertad reproductiva”, le permiten establecer que el derecho no siempre va de la mano con las transformaciones que se realizan en la sociedad, derivado esto de las legislaciones que no se encuentran a la altura de la población.
Coincidió en señalar que dos estados tienen regulada esta práctica (Tabasco y Sinaloa) con códigos civiles y de familia, pero existen algunas variantes entre ellos.
De la importancia del reconocimiento de la práctica en México, Aguilar Vergara afirmó que se han creado eventos de difusión a nivel nacional, pero no han sido suficientes para llegar a la Cámara de Diputados para la elaboración de las propuestas correspondientes.
Resaltó que durante años se creyó que el matrimonio se daba únicamente entre hombre y mujer, y en la actualidad se efectúa en una diversidad de parejas, por lo que la sociedad se tiene que ir acoplando paulatinamente a esta nueva situación, y dentro de su derecho darles la oportunidad de procreación; “quienes ocupan la técnica de reproducción asistida son personas de la diversidad sexual, o que quieren tener hijos aún sin pareja, lo que es también respetable”.
Nacen muchos bebés a partir de estas técnicas
Tomás Gerardo Hernández Parra, médico ginecólogo de la Clínica Universitaria de Salud Reproductiva y Sexual (CUSRS) de la UV, dio a conocer que por falta de legislación y vacíos legales, en México se dan muchos nacimientos a partir de las técnicas de reproducción asistida.
Explicó que cuando por razones de salud una pareja está imposibilitada para tener un bebé, una mujer “presta” su útero para que en él se lleve a cabo la concepción de un embrión, que puede ser de los gametos de los padres. Si a la madre le practicaron histerectomía puede producir óvulo y el padre espermatozoides; con base en técnicas de reproducción asistida se implanta el embrión en el útero y la gestante se compromete a entregar al bebé en su nacimiento.
Como requisito, se pide que la futura madre tenga entre 21 y 35 años y esté sana, lo que se puede comprobar con una buena historia clínica, exploración física, exámenes de laboratorio para descartar enfermedades de trasmisión sexual y no tener adicciones.
Se recomienda también que no sean más de dos embarazos para evitar problemas posteriores.