Las preocupaciones de Buenrostro rumbo a las elecciones
Los congresistas republicanos están algo más que molestos. Acusan tibieza por parte de Joe Biden para aplicar todo el rigor del TMEC.
El proceso electoral ya inició con la marcha de los 90 mil (según cifras del Gobierno de la CDMX), y el registro de Claudia Sheinbaum como candidata a la Presidencia por Morena.
Pero México no es el único lugar donde el voto se vuelve el protagonista de la agenda pública; en Estados Unidos también, y conforme se acerquen las elecciones de noviembre, crecerán el estrés entre ambos países (los socios comerciales más grandes del mundo) y las tensiones por diferentes temas que caen directamente en la cancha de la Secretaría de Economía, que lleva Raquel Buenrostro.
El primero tiene que ver con el sector energía. La controversia que interpuso el gobierno de Estados Unidos ante la política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador ha generado algo más que molestia entre los congresistas republicanos, quienes acusan tibieza por parte de Joe Biden para aplicar todo el rigor del T-MEC.
En este tema no se atisba un centímetro de avance, y menos con las 20 iniciativas de reforma constitucional -entre ellas (una vez más) la eléctrica-, que componen la plataforma política de la transición al siguiente gobierno, que igual pinta morenista.
Otro de los temas pendientes entre ambos países, y que generarán chispas al calor del ambiente electoral, es la prohibición de México a las importaciones de alimentos transgénicos, especialmente el maíz. Es de reconocer la labor que ha hecho Buenrostro al estirar la liga en un tema tan álgido.
Ahí, México tiene el reto de demostrar que la prohibición tiene sustento científico y no ideológico, tema sobre el cual ha sido respaldado por ONG´s y asociaciones de productores de maíz nativo de Estados Unidos, lo cual ha complicado el avance de las pláticas.
A la lista hay que sumarle también los reclamos de la industria automotriz por la invasión de ensambladores de vehículos eléctricos en México, que podrían usar al T-MEC como puerta de entrada al mayor mercado del mundo. Se sabe del poder de las armadoras norteamericanas, sobre todo al influir en las agendas políticas.
Por último, un tema tan sensible para gran parte de las industrias de manufactura, como lo es el acero, formará parte del paquete de controversias que México tendrá que sortear con Estados Unidos al hervor de las elecciones. El reclamo de los acereros estadounidenses, apoyados por los republicanos, es que de México una cada vez mayor cantidad de acero difícil de rastrear. La sospecha es que se triangula desde China, acusación que este fin de semana negaron por completo los acereros de este lado de la frontera. El problema apenas inicia, pero promete escalar rápido.
La huelga que matará al Monte
En la disputa entre empleados y empleadores, a menudo los clientes quedan en el medio, enfrentando las consecuencias de un conflicto ajeno. Esta situación es la que viven los clientes de Nacional Monte de Piedad, pues a pesar de que la Secretaría del Trabajo fungió como mediador entre la institución más antigua de México y su sindicato, no se ha llegado a un acuerdo por falta de disposición real del líder sindical, Arturo Zayún, quien diera largas y ocultara la propuesta de mediación a sus sindicalizados, dando así inicio a una huelga que día a día impactará en la economía de miles de ciudadanos, y en la economía de la institución misma, afectando su capacidad de ayudar a quien lo necesite.
Si bien, tres peritajes comprobaron la probabilidad de quiebra en esta misma década de la institución, hoy, el alto de actividades acelera los tiempos, dejando a Nacional Monte de Piedad inoperante tras casi 250 años de brindar apoyo económico a ciudadanos y ONG’s, y a sus trabajadores bajo una incertidumbre laboral.
Lo peor de todo: el convenio de mediación no solo mantenía las prestaciones de los trabajadores, sino que además, contemplaba un 18 por ciento de aumento. Aún así, la administración de Monte, lo aceptó…y el dirigente sindical lo mantiene a oscuras, pero claro, quienes sufrirán la huelga serán sus empleados, no él, que percibe millones sin transparentar en cuotas sindicales.