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martes, mayo 7, 2024
ColumnasVeracruz

Las acusaciones entre priistas

EN LA MIRA

SILVERIO QUEVEDO ELOX

El priista Héctor Yunes Landa intentó hacer una especie de precampaña de la precampaña legal para ver si le daba y ser elegido por su partido como el candidato a gobernador en el 2024. Para ello empezó con endurecer su discurso hacia el gobierno de la Cuarta Transformación, cuando antes no se había ocupado de ello.

Así, se acercó a José Francisco (Pepe) Yunes Zorilla con quien armoniosamente entabló una carrera por la representación partidista y virtual candidatura del bloque opositor junto con el PAN, y PRD. Para acordar finalmente que sería tomado en cuenta en alguna posición y así levantarle la mano al diputado federal con licencia oriundo de Perote.

Héctor Yunes, habilidoso, viejo lobo de mar, siguió arremetiendo contra el gobierno de la 4T, ya fuera estatal y federal, y en corto, a sus cercanos, comenzó a vacunarse como dicen, al negar rotundamente que hubiera recibido apoyo del entonces gobernador por su partido Javier Duarte de Ochoa. “Ni un peso me dio”, repetía constantemente en una mesa en donde se estacionó a invitación de unos comensales.

Cuando lo cierto es que en más de una ocasión se le vio salir de la Torre Pelícano en el bulevar Ávila Camacho 792 del fraccionamiento Costa de Oro en Boca del Río, y donde fueron continuos sus encuentros con el entonces mandatario estatal. Algunos de ellos no terminaron muy bien pero al final, hubo acuerdos.

Entonces Yunes Landa ha acusado ahora al gobernador Cuitláhuac García de ser financiado por el priista Duarte, y sus señalamientos van incluso más arriba.

No tardó de inmediato en ser desmentido por el ex gobernador que purga una condena en prisión y desde donde le respondió que quizá padece de demencia senil, pues él nunca conoció a Cuitláhuac y menos le haya patrocinado su campaña, en cambio sí lo hizo con éste (Héctor Yunes) cuando fue candidato del PRI a la gubernatura, y perdió con su primo, el panista, Miguel Ángel.

Y aún más, Duarte lo sentenció de que contaba con las pruebas para sostener lo que acusaba. Entre priistas pueden lanzarse estos y otros señalamientos. Lo cierto es que esto oscurece el panorama con intenciones de recuperar Veracruz por parte del bien intencionado Pepe Yunes.

Y es que pese a que pudiera contar con el respaldo de panistas y una buena parte de los priistas que en la pasada elección apoyaron a Morena, estas estrategias fallidas de Héctor Yunes no le ayudan en nada. Por el contrario.

Hay que recordar que un sinnúmero de militantes del tricolor, especialmente duartistas y fidelistas, se sumaron a respaldar el proyecto de Morena y por ende a Cuitláhuac García, no por simpatía hacia éste, sino porque simplemente no querían que Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo de quien fuera su mayor perseguidor, llegara al poder estatal.

Hoy, Yunes Landa puede enderezar el camino. Y abonar a la causa de su correligionario Pepe, además de que los priistas que dieron el voto en contra durante la elección del 2018 hoy pueden regresar a trabajar por éste, pero se debe a toda costa evitar pifias como la mencionada.

Hay panistas dentro del panismo que viven lo mismo que en su momento los duartistas y fidelistas. Se sienten relegados y desplazados por los Yunes azules.

Pero si la inteligencia de Pepe Yunes hace detectar a todos estos grupos, podría entonces sumar fuerzas en una alianza quirúrgica al interior del panismo.

De lo contrario, la amplia ventaja que a estas alturas tiene Rocío Nahle de Morena se mantendrá intacta.

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