Del noveno día, del noveno mes.
La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.
Por Manuel Ábrego.
Aclaramos: el tema no tiene nada que ver con aquel cieguito que le asignaron para vivir el departamento Noveno “B”.
Tiene que ver con los cañeros independientes dirigidos entre otros por el Ing. Ruperto Ruiz Cortés, que le dieron a su Movimiento el nombre de “Nueve de Septiembre”, sectiembre, como diría una chavita del municipio que también dice “Hicno Nacional”.
Movimiento que en su inicio demostró que todo principio es difícil, y que todo esfuerzo merece su recompensa, si bien el principio duró tres años en los cuales no entraron al Comité de Producción del ingenio, empresa que puso toda clase de trabas a quienes no pertenecieran a la ULPCA CNC o a la CNPR.
Hubo un lapso en que no les daban a sus afiliados del Movimiento la devolución del IMSS; no les proporcionaban sus sacos de azúcar, solamente reafiliándose a las otras organizaciones; se quitó el crédito a los dirigentes; no había avíos; es más, circuló el rumor de que a quien siguiera a Ruperto no se le daría pensión.
Sin contar los esfuerzos, a veces risibles, de personajes que se hacían pasar por indígenas chinantecos y que llegaron hasta los tribunales de la Ciudad de México para impedir que se le otorgara el registro al Movimiento, diciendo que no hablaban español y Ruperto les había engañado. Para vergüenzas no ganamos.
Hoy, están en la lucha, producen, opinan, influyen y ya hasta hay politicastros que les han buscado, quién sabe con qué fines. ¡Voto a la Santa Madre!, se me olvidaba comentar que en ese entonces publicamos dos caricaturas que hoy se reproducen.
O sea, las ponemos de nuevo, no es que se reproduzcan haciendo el amor para que nazcan más caricaturitas. ¡En la torre! Dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Si no me aclaras, ni modo./ De duda voy a morirme”
