Familiares temen motín en Cefereso de Ocampo; visitas familiares de suspendieron
Testimonios de personas que fueron obligadas a salir refieren que escucharon sonidos que parecían balazos; que ingresaron patrullas de corporaciones federales y ambulancias, y que escucharon al personal hablar de la activación de “código rojo”
GUANAJUATO, Gto., (apro).- Desde el lunes 1 de agosto, una situación extraordinaria alertó a familiares de personas privadas de su libertad en el Centro de Reinserción Social federal 12, el Cefereso de Ocampo, cuando el personal obligó a salir a quienes estaban visitando a los internos ese día, y durante toda la semana fue imposible saber qué estaba sucediendo en el interior.
El Cefereso, donde permanecen recluidos internos como Mario Aburto -sentenciado por el magnicidio de Luis Donaldo Colosio- fue sellado ese día y no pudieron entrar ni los familiares que estaban llegando a visita, ni el personal que acudía al siguiente turno; tampoco habían podido comunicarse ni recibir llamadas de los internos.
Pero testimonios de personas que fueron obligadas a salir refieren que escucharon sonidos que parecían balazos; que ingresaron patrullas de corporaciones federales y ambulancias, y que escucharon al personal hablar de la activación de “código rojo” y “código negro”.
“Tenían como media hora (en la visita) y las sacaron. Al momento que fueron a levantarlas del área de visita, les dijeron que tenían que salir lo más rápido posible, a las de afuera lo mismo, que ya no podrían entrar porque se habían activado los códigos. Ellas vieron que llegaron las patrullas y ambulancias y vieron que trabajadores no podían entrar y los de adentro no podían salir. Y que entró el Semefo”, narraron algunos familiares.
Los rumores mencionan lo mismo un motín que un intento o una fuga del Cefereso, señalaron algunos de los familiares, en su gran mayoría mujeres, puesto que éste inmueble solamente tiene internos varones.
Mujeres familiares de internos contactaron a medios para exponer su preocupación porque lo único que pudieron saber oficialmente por parte del personal de la Coordinación de trabajo social del Cefereso fue que “se trataba de algunos apagones” que cualquier momento terminarían y la situación volvería a la normalidad.
Ellas se organizaron para comunicarse y para acudir a oficinas centrales de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social en la Ciudad de México.
En la CNDH les reiteraron que tenían la información de “apagones y algunas interrupciones de energía eléctrica” que se corregirían en unas horas, lo que no ocurrió.
En Prevención y Readaptación Social les dijeron que no estaban enterados de ninguna situación anómala o extraordinaria en el Cefereso 12.
Mientras tanto, cientos de familiares de los más de mil internos que cumplen sentencias y procesos judiciales dentro de este inmueble ubicado en un despoblado alejado por varios kilómetros de cualquier comunidad de Ocampo -municipio del Noroeste de Guanajuato- se han visto impedidos no solamente para saber cuál es el motivo de las medidas de alerta, sino para acercarse o acudir a conocer personalmente la situación, puesto que se les notificó que no habría visitas hasta nuevo aviso y tampoco se les permite estar afuera.
Códigos de alerta
El Cefereso 12 se ubica en el kilómetro 6.5 de la carretera entre las comunidades de Laguna de Guadalupe y Hacienda Piedras Negras de Ocampo. Datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana indican que, a noviembre del año pasado, el lugar tenía una población de 1,997 personas privadas de la libertad (ppl). El sitio tiene capacidad para 2,500.
Las condiciones de distancia, incomunicación y el largo camino que deben tomar para llegar hasta dicha instalación federal han sido también factores para que los familiares (que viven en diversos municipios del estado, pero también viajan desde distintos puntos del país) tengan manera de saber directamente o preguntar a los responsables del centro penitenciario los motivos del blindaje del Cefereso.
En su testimonio, las mujeres (que pidieron mantener el anonimato ante las posibles represalias en contra de sus familiares presos) narraron que entre lunes y martes pudieron comunicarse al área de trabajo social del Cefereso y las empleadas del área les dijeron que ellas “también estaban acuarteladas” y que les avisarían en qué momento se podrían reanudar las llamadas y visitas. “Pero luego ya no tuvimos respuesta; los teléfonos suenan y suenan y ya no contestan”, dijo una de las mujeres.
Y expresó un pensamiento en el que coinciden muchas de ellas: “Nuestra inquietud y nuestro miedo es que si no están grabando las cámaras de seguridad, pues los vayan a estar torturando o maltratando. Ignoramos si en realidad pasó algo, si se amotinaron o hubo una fuga; porque se manejan esas versiones, que hubo un motín, una fuga, que la gente que se quedó a pernoctar (porque) iba a visita y no entró, dicen que vieron que se escucharon balazos, que fueron ambulancias y del Semefo y que mucho movimiento de patrullas…”.
Otra mujer, que tiene a un familiar ppl desde hace cuatro años, dijo que es la primera vez que le toca vivir una situación así.
“Lo último que nos dijeron las de trabajo social fue que al parecer las visitas estarían suspendidas todo el mes”. Y el viernes, unas pocas recibieron el aviso de que a partir del lunes 8 se reanudarían las visitas, sin más razones sobre la abrupta interrupción.
También el viernes, unos pocos internos pudieron llamar a las mujeres (que son esposas, madres o hijas de ppl). “Dijeron que todo está bien, pero que los han dejado encerrados en sus celdas y no los dejan salir para nada, que les han dado de comer”, pero más tarde de la hora en la que normalmente les dan los alimentos.
Para las mujeres, con todo y la escasa comunicación que ya algunas lograron, no es posible saber todavía a ciencia cierta cuál es la situación, debido a que en sus breves comunicaciones telefónicas (de 10 minutos como máximo) los internos no les dan detalles, ya que las llamadas son grabadas.
Proceso consultó a la CNDH y personal de la Tercera Visitaduría -a la que corresponde supervisar las condiciones en el Cefereso 12 de Ocampo- respondió que “existe un código negro al interior del penal, este código se activa cuando hay falta de luz y fallas en el sistema, pero no se tiene conocimiento de ninguna riña ni motín por el momento. La Comisión está dando seguimiento a lo que sucede, a través de la Tercera Visitaduría”.
No hubo más.
En el área de Prevención y Readaptación Social, no respondieron las llamadas.