EU prohíbe entrada al expresidente de Honduras Porfirio Lobo Sosa por vínculos con el narco
“Estados Unidos está designando al expresidente de Honduras, Porfirio “Pepe” Lobo Sosa y la exprimera dama, Rosa Elena Bonilla Ávila, debido a su involucramiento en actos significativos de corrupción”, sentenció el secretario de Estado, Antony Blinken.
WASHINGTON (apro) – Antony Blinken, el secretario de Estado en la presidencia de Joe Biden, anunció la designación como asociados con el narcotráfico al expresidente de Honduras, Porfirio “Pepe” Lobo Sosa a su esposa, dos hijos mayores y otro menor de edad.
Por medio de un comunicado de prensa, Blinken anunció que Lobo Sosa y los integrantes de su familia inmediata no podrán ingresar a los Estados Unidos, amén de ser sancionados financieramente por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
“Estados Unidos está designando al expresidente de Honduras, Porfirio “Pepe” Lobo Sosa y la exprimera dama, Rosa Elena Bonilla Ávila, debido a su involucramiento en actos significativos de corrupción”, sentenció el secretario de Estado.
El gobierno de Biden sostiene que Lobo Sosa y su esposa aceptaron sobornos de la organización del narcotráfico, “Los Chairos”, a cambio de favores políticos.
De manera específica el gobierno de Estados Unidos acusa a Bonilla Ávila de haber estado involucrada en la malversación de fondos del gobierno hondureño para su beneficio personal, actos de corrupción y de fraude para beneficiar a “Los Chairos”.
“Aun cuando sus actos de corrupción socavaron la estabilidad de las instituciones democráticas de Honduras, el expresidente Lobo Sosa no ha sido procesado y su esposa ha sido puesta en libertad y espera un nuevo proceso judicial en su contra”, manifestó Blinken.
La designación anunciada por el Departamento de Estado se aplica a su vez a los hijos del expresidente de Honduras, Fabio Porfirio Lobo Bonilla, Ambar Naydee Lobo Bonilla, y a otro que es menor de edad por lo cual no se dio a conocer su nombre.
Blinken anotó que estas designaciones demuestran el compromiso de Estados Unidos en el combate a la corrupción y al menosprecio de la aplicación de la ley en Honduras, así como al desmantelamiento de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de enervantes.