La piedra en el zapato, azote de huleras y culebros.

Del fin de año en Tres Valles.
Por Manuel Ábrego.
No parece que vaya haber mucha diferencia este fin de año con los anteriores.
Los coterráneos presentaron a sus retoños vestidos de aborígenes ante la Santísima Virgen en su advocación de Guadalupe, en el templo de Cristo Rey. Y de ahí, a llenar el parque sin sana distancia, sin cubrebocas y sin cuidado por el Covid 19.
La Santa Madre Iglesia Católica Romana no podía animar a su feligresía a quedarse en casa, porque si lo hacían, adiós ingresos, y como decía el árabe, “no es nagocio, harbano”.
De modo que también la peregrinación tradicional se hizo en vehículos, según se pregonó, para evitar el contagio, si bien en las naves iban los pasajeros más amontonados que los millones de dólares de la deuda eterna.
El señor presidente municipal, Dr. José Manuel Díaz Rodríguez a la hora de encender por primera vez el alumbrado navideño, dio un mensaje de optimismo pero racionalmente dirigido, el cual se agradeció. El barco “Tres Valles” sigue adelante, con él al timón.
Como paso más importante, nos mostró un proyecto realista para mejorar la red de agua potable, una inversión millonaria ya autorizada por la Comuna, el que al terminarse, nos proporcionará el vital elemento de manera más constante y segura.
El dinero sigue trabajando para que la oposición no gobierne Tres Valles, si bien afortunadamente el dueño del dinero solo puede tener un voto al igual que los paupérrimos, y solamente la conciencia del Pueblo tendrá la última palabra. Si hay dignidad, “recibe a mano llena, pero no votes por… el dinero”.
Los adornos de Navidad cada vez más artificiales y sofisticados, cumplieron un mes en exhibición, empalmados con la celebración de los extintos en noviembre. Poco faltó para que vistieran a una catrina de Santaclós.
Por tercer año consecutivo, las plagas de rata y salivazo se empalmaron en los cañales y pastizales, lo cual hizo que los productores pusieran en práctica los diferentes métodos de exterminar a insectos y roedores, ya sea con los aviones, gente o diciendo “Padre nuestro, que estás en los cielos”.
En contados lugares, felinos y ofidios trabajaron a favor de los productores, si bien las ratas se reproducen como conejos, lo cual es de alarmar, pues los conejos se están reproduciendo como ratas, atacando los retoños de la gramínea, y gatos, culebras y víboras tienen que trabajar tiempo extra.
Lo anterior a su vez ha ocasionado un aumento de obesidad en los dichos animales, y no nos extrañaría que el Gobierno Federal diera por marcar a las ratas y conejos con un letrero de “Exceso de azúcar, sodio, grasas y calorías”, a fin de proteger a sus depredadores de los males inherentes.
¡En la torre!, dijo el buitre y siguió bailando, pero al ritmo de: “Ratas, ya no se pasa estar flaca, si no más bien llenar de grasa”